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No
se pierda la
JOYA DEL MES
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El
ingeniero DAVID BUICK poseía ya en 1900 una floreciente fábrica
de motores marinos, pero también él había comenzado
a ser presa de la "tentación del automóvil".
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Lejos
de mofarse de los carruajes sin caballos, como comunmente solían
llamarse a los automóviles en los Estados Unidos, él
creía en la utilidad y en el porvenir del nuevo medio de
transporte.
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Fue
así como en 1902 su fábrica, la BUICK, iniciaba la producción
de "coches sin caballos", no muy elegantes, pero muy prácticos
y resistentes.
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De
los distintos centenares de empresas que prosperaban en los Estados
Unidos a principios de 1900, con las mismas esperanzas e iguales designios,
la Buick es una de las poquísimas que han sobrevivido.
El
mérito de esto se debe a su fundador:
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Técnico experto, contribuyó a dar a la casa un indiscutible
prestigio con el motor de válvulas invertidas, ideado por él
y, sobre todo, supo tomar la decisión, en 1908, de incorporar
su fábrica a la entonces naciente GENERAL MOTORS CORPORATION.
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En
los años difíciles de la industria automovilística
americana, se salvaron de la ruina casi exclusivamente aquellas Casas
que habían tenido la sagacidad de asociarse entre sí,
hallando en la unión mayores posibilidades de solución
a los graves problemas financieros, técnicos y productivos
que las circunstancias les planteaban. |
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Buick
no se había engañado al creer en el porvenir del automóvil:
lo evidencian los millones de vehículos que en el mundo entero
ostentan aún hoy su nombre.
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Artículo:
Tomás
Orellana Cornejo.
Diseño: Alejandro Rademacher.
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